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MÁS NIVEL PARA CHILE


Revista del Campo, El Mercurio - 28 de septiembre 2020

El debate que se ha generado en el último tiempo, en torno a la persistente sequía del país y sus consecuencias, ha puesto de manifiesto la existencia de diversas alternativas para abordar este desafío, como la construcción de pozos colectivos, el desarrollo de nuevos embalses, la creación de un Ministerio del Agua, la desalinización de agua del mar y la ambiciosa -pero perfectamente realizable- Carretera del Agua. Poner el tema sobre la mesa es, sin duda, muy positivo y nos permite buscar fórmulas creativas y de largo plazo para afrontar la crisis hídrica, no obstante, la falta de información precisa y fidedigna sobre el nivel del agua; napas subterráneas; ríos; lagos; o embalses, en las diversas cuencas del país, genera vacíos que impiden avanzar de forma más proactiva y menos reactiva frente a la sequía.

La necesidad de contar con mayor información no solo está ausente del debate, sino que es una realidad en distintas regiones que requiere soluciones de manera eficiente y permanente. Si bien la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas (MOP) ofrece información actualizada respecto del registro fluvial, esta da cuenta de una tendencia observable y conocida nacionalmente sobre la falta de lluvias en los últimos años. La dificultad radica en conocer los niveles de los acuíferos, con pocas estaciones de medición concentradas en algunas regiones, sólo cercanas a los ríos principales y registros realmente precarios de un agua “que no se ve”.

La experiencia en la creación de un modelo hidrogeológico de la cuenca del río Limarí, donde la información de niveles en los embalses era repetitiva y claramente errada por varios años consecutivos, sumado a que de los 36 pozos de observación disponibles en la cuenca sólo 18 de ellos eran utilizables y con registros congruentes, generó importantes lagunas de información para el modelo. Por otra parte, cuando exploramos la posibilidad de facilitar agua potable rural (APR) en el sur de Chile, sin una adecuada información sobre el nivel de las napas subterráneas habría sido imposible tomar decisiones acertadas para la localización de los pozos que permitieron abastecer, de forma continua y limpia, a los sectores rurales. Esto grafica que, si se carece de esta información, se explora “a ciegas”.

Es necesario sumar al debate y a las propuestas de soluciones la necesidad de generar mayores incentivos que permitan invertir en equipos de calidad, confiables y precisos de medición por telemetría, a pequeña y gran escala. Si bien el Estado, a través de la Comisión Nacional de Riego (CNR), ha lanzado algunos fondos en esta línea, aún es insuficiente el esfuerzo realizado respecto a la importancia de la tecnología de precisión y su impacto en mejorar las condiciones de vida de la población. Desde otro lado, la DGA, siendo un ente dependiente del MOP, ha sido capaz de abastecerse de buenos equipos de medición e ir, poco a poco, construyendo y ampliando su base de información confiable. Es necesario fomentar estas iniciativas y entregar más recursos para que estas mediciones se traduzcan en información de libre uso por los profesionales del área y los usuarios.

La grave situación hidrológica en nuestro país, nos demanda buscar, analizar y generar información ambiental precisa y confiable, que abarque todo el territorio nacional considerando la totalidad de las cuencas, como hito clave para el desarrollo y la sustentabilidad. No contar con ello, provoca vacíos que impiden determinar el real riesgo y su forma de enfrentarlos, con decisiones proactivas y correctas.


EL MERCURIO

REVISTA DEL CAMPO

28 de septiembre, 2020



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